Somos Uno
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Material de Oración
Estar en unidad con Dios representa pensar como Dios piensa y obrar como Él obra. Él anhela que veamos a las personas a través de Sus ojos. Dios es amor; no es amargura, rencor u odio. Cuando oramos y ayunamos, Dios revela lo que no es como Él, porque quiere que seamos uno con Él. Cuando estamos unidos a Dios, Él obra en y a través de nosotros. Entonces, se desata poder.
“Respondió entonces Jesús, y les dijo: ‘De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente’.” (Juan 5:19)
Orar la Palabra
Vamos a lograr mucho en las naciones cuando caminemos en unidad con nuestros hermanos en Cristo. Los siguientes versículos bíblicos nos ayudarán a orar por la unidad de las naciones.
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Señor, Tú eres un Dios de unidad. (Efesios 1:10)
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Gracias porque somos Tus hijos, y en Ti, somos uno. (Gálatas 3:26-28)
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Señor, Te damos gracias porque todos somos miembros del cuerpo de Cristo. (Romanos 12:4-5)
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Señor, en la unión está la fuerza. (Levítico 26:7-8; Deuteronomio 32:30)
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Tu amor nos une y nos ayuda a caminar en perfecta armonía unos con otros. (Colosenses 3:13-14)
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Señor, perdónanos por permitir que los celos y las contiendas provoquen desunión en nuestra relación con los demás. (1 Corintios 3:3)
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Nos arrepentimos y Te pedimos perdón por menospreciar a los demás. (Romanos 12:16)
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Señor, ayúdanos a perdonar y a caminar en amor y unidad con nuestros hermanos. (Efesios 4:32)
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Tu Palabra enseña que Tú envías bendición donde hay unidad. Oramos para que las naciones se unan.
(Salmos 133:1-3) -
Señor, ayúdanos a ser compasivos y misericordiosos con nuestros hermanos para que no haya divisiones.
(1 Pedro 3:8) -
Ayúdanos, Señor, a estar unidos como un solo cuerpo. (Jueces 20:11)
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Señor, ayúdanos a caminar puestos de acuerdo unos con otros y a evitar desacuerdos innecesarios.
(1 Corintios 1:10) -
Señor, ayúdanos a desechar las cuestiones necias que rompen la unidad. (2 Timoteo 2:23-24)
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Ayúdanos, Señor, a ser amables para con todos, mostrando toda mansedumbre y a no difamar. (Tito 3:1-2)
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Señor, danos la mente de Cristo para que podamos ver a los demás como Tú los ves. (Romanos 15:5-7)
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Señor, Te damos gracias porque escuchas nuestras oraciones cuando oramos en un mismo sentir por la unidad de las naciones. (Mateo 18:19-20)
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Señor, ayuda a Tus hijos a perseverar unánimes en oración. (Hechos 1:14)
Semana 1
1. IMAGEN DIVIDIDA
Abraham llevó a su sobrino Lot en un largo viaje. Mientras Lot estuvo bajo la protección de Abraham, fue bendecido abundantemente. Sin embargo, surgió una disputa por la tierra y la familia de Abraham empezó a contender. En lugar de caminar en unidad, se dividieron y se separaron; cada uno siguió su camino.
Aunque Lot escogió la tierra fértil y dejó a Abraham con el desierto rocoso, Lot perdió todas sus bendiciones y quedó en la miseria. La discordia divide naciones, familias e individuos. Sucedió en la Biblia y sigue sucediendo en nuestros días. La Iglesia es la familia de Dios y Satanás provoca división entre nosotros. Dios, sin embargo, tiene la última palabra. Cuando caminemos en el Espíritu, Dios nos unirá sobrenaturalmente.
“¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!” (Salmos 133:1)
2. “PAZ” EN LA TORMENTA
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Como hijos de Dios, encontraremos luchas, divisiones y conflictos. No obstante, la forma en que lo enfrentemos es lo que hará la diferencia. Nosotros somos pacificadores. Si no podemos mantener nuestra boca cerrada o somos provocados para contender, debemos ir a la presencia de Dios y hacer lo correcto con Él para que podamos caminar en paz de nuevo.
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Debemos hacernos estas peguntas: ¿Somos personas de paz? ¿Evitamos las contiendas? ¿Estamos en unidad con nuestros hermanos en Cristo?
OREMOS: Señor, ayúdanos a ser pacificadores que se resisten a la contienda. Oramos para que las naciones caminen en unidad. Amén.
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3. UNIDAD CON DIOS
A veces, sentimos que todo se intensifica cuando ayunamos y oramos porque Dios está lidiando con cosas en nuestras vidas que causan desunión. Podríamos pensar que no hay nada malo con cierto amigo, cierta relación, cierto negocio, o la forma en que manejamos una situación con nuestros hijos, pero ciertamente Dios ve las cosas de manera diferente.
“Pero este género no sale sino con oración y ayuno.” (Mateo 17:21)
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4. ORAR POR EL MUNDO
Dediquemos tiempo a orar por la unidad de las naciones.
Semana 2
1. A IMAGEN DE DIOS
Estar en unidad con Dios representa pensar como Dios piensa y obrar como Él obra. Él anhela que veamos a las personas a través de Sus ojos. Dios es amor; no es amargura, rencor u odio. Cuando oramos y ayunamos, Dios revela lo que no es como Él, porque quiere que seamos uno con Él. Cuando estamos unidos a Dios, Él obra en y a través de nosotros. Entonces, se desata poder.
Dios quiere unidad en los matrimonios, en la familia y en la Iglesia. No podemos llegar a ser uno si todavía tenemos fortalezas mentales, sentimientos de odio y amargura, ideas preconcebidas y tradiciones. Solo cuando nos despojemos de todo eso, seremos uno con Él y pensaremos como Él.
“Respondió entonces Jesús, y les dijo: ‘De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente’.” (Juan 5:19)
2. ALGO QUE REFLEJAR
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Quizás pensamos que estamos bien y luego sucede algo que nos irrita o molesta, pero cuando oramos, Dios nos revela estas cosas. Cuando escudriñamos y limpiamos nuestros corazones, Dios nos une a Él.
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Entonces, nos uniremos en una sola mente y Dios podrá usarnos para Su gloria en nuestro pueblo, ciudad, país, o gobierno—porque las personas verán un espíritu diferente; verán el Espíritu de Amor y no de odio.
OREMOS: Señor, limpia nuestros corazones y únenos a nuestros hermanos. Ayuda a las naciones a estar unidas y a caminar en amor y no en discordia. Amén.
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3. UNIDAD CON DIOS
La oración es un estilo de vida de perpetuo acuerdo con Dios, caminando en esa autoridad y dominio. La oración desplaza y anula lo que pueda estar gobernando en el ámbito espiritual. La oración abre los cielos, desata las huestes angelicales y provoca el Espíritu de Dios. Cuando ese reino celestial se involucra, la gloria cambia las mentalidades y los corazones.
“Bendito su nombre glorioso para siempre, Y toda la tierra sea llena de su gloria. Amén y Amén.” (Salmos 72:19)
4. ORAR POR EL MUNDO
Dediquemos tiempo a orar por la unidad de las naciones.
Semana 3
1. UNA SOLA MENTE
Jesús dejó a Sus discípulos y los mandó a reunirse en el Aposento Alto. Mientras se reunían, estaban en unidad de corazón y de mente y no había contiendas entre ellos. No había chismes, descontento o pecado porque temían a Dios.
Después de que Jesús resucitó de entre los muertos, expandió sus mentes para que entendieran Su Palabra y recibieran el Espíritu Santo.
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados.” (Hechos 2:1-2)
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2. UN SOLO CORAZÓN
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No había egoísmo en el Aposento Alto. No les importaba compartir o cuidarse unos a otros. Tenían un solo enfoque y una sola mente a fin de buscar el Reino de Dios. No había otras intenciones o motivos; no querían nada más que el Reino de Dios y el poder de Dios.
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En ese Aposento Alto, tenemos que dejar a un lado la desunión y el odio.
OREMOS: Señor, nos arrepentimos por haber permitido la desunión en nuestros corazones. Señor, desata un espíritu de unidad en las naciones. Amén.
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3. UNIDAD CON DIOS
La oración es la fuente del poder de Dios. Necesitamos ser un pueblo que ora para no ser débiles. La Biblia enseña que los apóstoles se entregaron a la oración. Jesús dio. Dios amó tanto al mundo que dio. Los apóstoles dieron. Es un sacrificio vivir un estilo de vida de oración—ser una iglesia que ora es un sacrificio.
“Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.” (Romanos 15:5-6)
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4. ORAR POR EL MUNDO
Dediquemos tiempo a orar por la unidad de las naciones.