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Material de Oración
La oración cambia el mundo. La oración eficaz constituye la mayor fuente de poder que el mundo jamás conocerá. Dios anhela cambiar las naciones pero necesita personas que oren continuamente y que estén ansiosas por ver un mover de Su Espíritu. Los gobiernos quieren respuestas; los futuristas están prediciendo; no obstante, lo que el mundo necesita es una Iglesia que ore en unidad, porque solo a través de la oración veremos el poder de Dios.
“Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.” (Santiago 3:17)
Orar la Palabra
Jesús es el Príncipe de Paz. Necesitamos que Su paz reine en las naciones. Los siguientes versículos bíblicos nos ayudarán a orar.
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Señor, Te damos gracias porque Tú darás poder a Tu pueblo y lo bendecirás con paz. (Salmos 29:11)
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Señor, no estaremos por nada afanosos, sino que en toda situación, serán conocidas nuestras peticiones delante de Ti con toda oración y súplica y acción de gracias. Tu paz, que sobrepasa todo entendimiento, guardará nuestros corazones y nuestras mentes en Cristo Jesús. (Filipenses 4:6-7)
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Señor, Te damos gracias porque Tú guardas en completa paz aquel cuyo pensamiento en Ti persevera. (Isaías 26:3)
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Señor, Tú no eres Dios de confusión, sino de paz. Que Tu paz reine en las naciones. (1 Corintios 14:33)
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Señor, Te damos gracias porque hay un final dichoso para el hombre de paz. (Salmos 37:37)
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Gracias, Señor, porque los que aman Tu ley tendrán mucha paz. (Salmos 119:165)
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Señor, Te damos gracias porque Tú nos das paz. Nuestros corazones no se turbarán ni tendrán miedo. (Juan 14:27)
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Nos arrepentimos y pedimos perdón por no haber caminado en paz con los que nos rodean. (Marcos 9:50)
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Señor, nos arrepentimos y Te pedimos perdón por haber estado en contienda en lugar de paz. Escogemos caminar en paz. (Santiago 3:16)
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Señor, que Tu paz reine en nuestros corazones y en las naciones. (Colosenses 3:15)
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Señor, ayúdanos a ser pacificadores en las naciones y a sembrar justicia. (Santiago 3:18)
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Señor Jesús, ayúdanos como nación a vivir en paz unos con otros. (Romanos 12:18)
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Señor, escogemos apartarnos del mal y buscar y seguir Tu paz. (Salmos 34:14)
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Señor, buscamos Tu Reino, porque es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. (Romanos 14:17)
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Padre, ayúdanos a predicar el Evangelio de la paz en las naciones. (Romanos 10:15)
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Oramos, Señor, para que nos llenes de gozo y paz en el creer por las naciones, para que abundemos en esperanza por el poder del Espíritu Santo. (Romanos 15:13)
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Padre, ayúdanos a ser pacificadores en el mundo. (Mateo 5:9)
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Señor, nos esforzaremos por caminar en paz con todos. (Hebreos 12:14)
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Padre, Te pedimos que nos ayudes a vivir en paz con los hombres. (Romanos 12:18)
Semana 1
1. Armonía con el Padre
“Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5:9). Los hijos de Dios son privilegiados por pertenecer a Su reino ya que representan los guerreros que se manifiestan en la tierra.
Parafraseando el versículo anterior podemos decir: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos son los manifestados del Rey en la tierra.” No solo son embajadores, sino hijos manifestados, la imagen gloriosa del Padre representada en la tierra.
El Evangelio es un Evangelio de paz que reconcilia al hombre con Dios y al hombre con su prójimo. Dios es el Padre de Paz y Jesús es el Príncipe de Paz. Si caminas en la paz de Dios, eres llamado Su hijo.
2. Detener la contienda
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Cuando Jesús vino, Él nos restauró con Él mismo y puso fin a la separación entre nosotros y Dios. Dios solo puede manifestarse como Dios de Paz DESPUÉS de que Jesús lograra la paz con Su Sangre en la Cruz.
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El mensaje de la reconciliación es un mensaje de paz. Si la imagen de Cristo está en nosotros, tenemos paz y somos establecidos como Sus embajadores. ¿Eres una persona de paz?
OREMOS: Señor, ayúdanos a ser embajadores de paz representando Tu Reino en el mundo. Amén.
3. Presiona “Orar”
Ora continuamente, persevera en la oración. Cuando estés atravesando un problema, mantente fiel en la oración. Cuando estés en una situación desesperada, ora constantemente. Algunas personas quieren dormir durante sus problemas. Jesús oró tanto en Getsemaní que sudaba sangre. No era tiempo de dormir. Hay un tiempo para descansar pero cuando estás en una batalla, estás en una batalla.
“Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: ‘Padre mío, si es posible, pasa de mi esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como Tú.’ Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ‘¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?’” (Mateo 26:39-40)
4. Orar por el Mundo
Dediquemos un tiempo para orar por la paz en las naciones.
Semana 2
1. En Sincronía
Dios anhela que Sus santos caminen en paz y unidad unos con otros. La desarmonía resulta en un cáncer en el cuerpo de Cristo, siendo un ataque que crea células para auto protegerse—estas células dañan el cuerpo. Entonces, las células se multiplican y destruyen todo porque no están en paz con el cuerpo.
Tú representas un organismo vivo de Dios, Su Reino en la tierra. Es sobrenatural y trae paz. El Reino de Dios no es exterior, es interior; no es cultural, es espiritual, y gobierna a través de la paz de Dios.
“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” (Hebreos 12:14)
2. No volvemos atrás
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Con la paz de Dios dentro de nosotros, tenemos un propósito mayor: el Reino de Dios. Aunque pertenezcamos a diferentes grupos, el Príncipe de Paz nos ayuda sobrenaturalmente a vivir en paz.
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¿Estás en paz con los demás o las personas te ofenden con sus variados estilos de vida u orígenes? Donde quiera que estés, puedes tener un impacto pacífico.
OREMOS: Señor, gracias porque eres el Príncipe de Paz. Ayúdanos a representarte a donde quiera que vayamos. Señor, establece Tu paz en las naciones. Amén.
3. Presiona “Orar”
Dios nos llama nuevamente a Su presencia. Resulta fácil desviarse y perder ese impulso en el Espíritu. No siempre es tan fácil recuperarlo porque orar es como hacer ejercicios, requiere disciplina. Reaviva el deseo de orar y di: “Señor, no voy a ser egoísta.” Dedica una hora o treinta minutos al día para orar. Si no sabes, ora este modelo de oración:
“…Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.” (Mateo 6:9-13)
4. Orar por el Mundo
Dediquemos un tiempo para orar por la paz en las naciones.
Semana 3
1. Sigamos adelante
Permanezcamos unidos y luchemos por la paz en las naciones. Las dificultades en este país son oportunidades para que los santos de Dios intervengan y ayuden. Dios nos bendecirá con soluciones y respuestas, y tomaremos dominio en el nombre de Jesús. Anhelamos ver la Iglesia llena de diferentes razas, culturas y opiniones. En lo natural, resultaría imposible porque somos de diferentes origines, pero es sobrenaturalmente posible en el espíritu. En el Reino de Dios, estamos en paz y en unidad unos con otros a pesar de nuestros orígenes diferentes.
“Bienaventurados (gozando de una felicidad envidiable, prósperos espiritualmente con gozo, vida y satisfacción en el favor de Dios y su salvación sin importar las condiciones externas) los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.” (Mateo 5:9 Biblia Amplificada)
2. No “guardes” lo malo
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Pertenecemos al Reino de Dios y representamos al Príncipe de Paz. Como individuos, no siempre nos comunicamos igual. Podemos estar en desacuerdo y malinterpretarnos, pero al final, llegamos a la paz de Dios.
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Todos somos iguales por la Sangre de Jesús. Uno no es mejor que el otro. Pídele al Señor que te muestre cuando te enfocaste en los malentendidos y la contienda en lugar de promover la paz.
OREMOS: Señor, nos arrepentimos por haber permitido que los malentendidos nos desenfocaran para no representar al Príncipe de Paz. Amén.
3. Presiona “Orar”
La Iglesia primitiva oró desinteresadamente y desató ángeles sobrenaturalmente. Daniel oró por 21 días y provocó un rompimiento en este reino natural del cual todavía hoy nos beneficiamos. Nuestra asignación aquí es ser una iglesia de oración que desata el Reino de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Sí, esa es nuestra parte. Sí, está hecho. Sí, está terminado. Pero en el Espíritu lo oramos y se manifiesta en poder a través del Espíritu Santo en oración. Estemos dispuestos a permanecer.
“Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.” (Romanos 14:17)
4. Orar por el Mundo
Dediquemos un tiempo para orar por la paz en las naciones.
Semana 4
1. Caja de ritmos
Jesús murió para que tengamos una vida sobrenatural, abundante y bendecida. Él se hizo pobre para que fuésemos ricos (en favor, en abundancia, en relaciones, en salud). Mi Dios suplirá todas nuestras necesidades—nada faltará, nada sobrará. (Filipenses 4:19)
Promovemos la paz cuando alineamos nuestros corazones a la Palabra de Dios “…porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34). Tu lengua determina la atmosfera en la que vives. Así que, guarda tu lengua del mal, elimina la amargura y persigue la paz de Dios. Corre tras Su paz, persíguela.
“Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. Apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela.” (Salmos 34:13-14)
2. Sincronización de voz
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Jesús pudo hablarle a la tormenta porque había calmado la tormenta en su interior. Él no habló fuera de la tormenta sino que su paz interior controló su lengua y desató bendiciones.
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Pídele al Señor que te muestre donde has hablado negativamente de ti mismo, de tus circunstancias, de tu familia, de tu trabajo, del gobierno y de las naciones.
OREMOS: Señor, ayúdanos a controlar nuestra lengua y a declarar paz sobre las naciones y las situaciones difíciles. Amén.
3. Presiona “Orar”
La oración cambia el mundo. La oración eficaz constituye la mayor fuente de poder que el mundo jamás conocerá. Dios anhela cambiar las naciones pero necesita personas que oren continuamente y que estén ansiosas por ver un mover de Su Espíritu. Los gobiernos quieren respuestas; los futuristas están prediciendo; no obstante, lo que el mundo necesita es una Iglesia que ore en unidad, porque solo a través de la oración veremos el poder de Dios.
“Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.” (Santiago 3:17)
4. Orar por el Mundo
Dediquemos un tiempo para orar por la paz en las naciones.