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ROTO

EDICIÓN PASCUA

Jesús no permitió que el rechazo, el sufrimiento y el dolor endurecieran Su corazón. En cambio, Él se hizo quebrantar y derramó Su vida por nosotros. 

 

Sigamos Su ejemplo y permitamos que Dios use nuestro quebrantamiento para liberar almas en los Estados Unidos.

 

“Mi sacrificio [el sacrificio aceptable] a Dios es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y contrito [quebrantado por el dolor del pecado y humilde y completamente arrepentido], oh Dios, no lo despreciarás”. Salmo 51:17 (LBLA)

Orar la Palabra

La Palabra nos enseña a no endurecer nuestro corazón cuando pasamos por el dolor y el sufrimiento. Estos versículos de la Biblia nos recuerdan que veremos el poder de Dios si permanecemos quebrantados. Dejanos rezar.

Semana 1: La vida rota

Jesús estaba familiarizado con el dolor. Él experimentó dolor y sufrimiento no solo en la Cruz sino a lo largo de Su vida, en Su cuerpo y alma (Isaías 53:12). Jesús fue rechazado por los suyos. Lo persiguieron fuera de las sinagogas y querían matarlo. Esa fue Su vida.

Semana 2: Corazones Rotos

Cuando plantas una semilla, hay vida adentro, pero hay una cáscara dura a su alrededor. Antes de venir a Cristo, las heridas y los dolores en nuestras vidas construyeron un caparazón duro alrededor de nuestros corazones. Ese caparazón duro es el pecado, la vieja naturaleza, la naturaleza de Satanás, y construye un muro entre Dios y nosotros.

Semana 3: Mantente roto 

Jesús no permitió que el rechazo, el odio y la amargura de su propio pueblo endurecieran su corazón. Rompió su carne en lugar de ceder a ella, por lo que su luz y su amor pudieron fluir. Cuando Jesús vio por lo que tenía que pasar, dijo: "no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22:42).

Semana 4: Quebrantado y Obediente

Cuando llevamos a cabo la obra o las instrucciones de Dios a nuestra manera, estamos siendo desobedientes. Muchos cristianos nacen de nuevo, leen la Palabra, oran y quieren que sus pecados sean perdonados, pero no quieren hacerlo a la manera de Dios. En Hechos 9, leemos cómo Saulo persiguió y mató a los cristianos, pensando que estaba trabajando para Dios y viviendo una vida santa. Pensó que era lo que Dios quería que hiciera.

Semana 5: Roto y Bendecido

El Espíritu y la gloria de Dios descansarán sobre los que sufren por Su nombre. Uno de los propósitos de nuestro sufrimiento es profundizar nuestra relación con Dios, haciéndola más real e íntima en lugar de superficial.

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